viernes, 7 de febrero de 2014

2x1!!!!




Segunda parte del prólogo, porque eso de resumir una vida no se le da bien al chico... Pero, eso no lo hace menos interesante de leer.

http://chicoratametal.blogspot.com/2014/02/prologo-quien-soy-y-de-donde-vengo2.html

Gracias en gran medida a sara_f_black, logré vencer uno de mis tantos prejuicios con los AU y los crossover, y me tiré a hacer un case!fic en que Sherlock Holmes y Joan Watson, de Elementary, son unos adolescentes que estudian en Hogwarts... cuyo fandom no necesita ser nombrado.
Estoy tan felicilla con ese fic desde que lo empecé a escribir, que ha terminado siendo uno de mis... chachachán, CUASILIBROS!!! ( Oh, soy tan friki de los libros, :) , tan friki). Miren qué lindo, 19mil palabras hecho un librito de 80 páginas, qué corronguera!!!!!


MUCHOS BESOS Y ABRAZOS!!!!

viernes, 31 de enero de 2014

INICIA!!!

Como lo prometí, el año del caballo trajo en su lomo la nueva blognovela por entregas del Chico rata metal. Y todo inicia desde el principio... Por aquí.

 http://chicoratametal.blogspot.com/2014/01/prologo-quien-soy-y-de-donde-vengo-1.html





domingo, 26 de enero de 2014

Las noticias varias de quien vuelve a la vida.



¡Hola gente!
Vengo a comentar varias cosas, entre esas:  

Pandora Magazine)

Estoy toda felicilla porque esas dos reseñas y entrevistas que he hecho para la Pandora, parecen haber sido muy bien aceptadas, y hasta me creo que sirvo para reseñar no solo por amor, sino hasta más “profesionalmente”, o algo así. Pásense, puede que les resulte interesante.
Siguiendo en otra dirección, he decidido no seguir subiendo La tierra en el aire… Porque tiene varios cambios aún en lo que he subido, y creo que es mejor que vuelva en algún momento con una versión cuasilibro de ella. Me está quedando grandecita como para eso, por lo que, ¿Por qué no? Además, últimamente me ha dado por mi obsesión de hacer escritos a la manera de los libros. He empezado a leer el primero de Mundodisco de Terry Pranchett mientras lo hago al modo cuasilibro, porque yo, ¿obse? ¿En serio? Me cuesta leer un libro en Word, verle lo que puede mejorar y no hacerlo en ese mismo momento, so.
¿Ustedes están en ese mundillo del fanfiction? Yo también, no tanto como antes, pero ahí estoy. He escrito muy variado en el mismo, yendo de allá para acá porque suelo (espero que la palabra correcta no sea “solía”) regalar a la gente con ellos, y la gente anda de allá para acá en sus amores frikis. El último que he subido es un fic de Doctor Who que hice para una querida e-amiga en un intercambio navideño.  
Ya que escribí fanfiction. Pueden decir lo que quieran de él, pero mi experiencia personal ha sido genial. Despierta a la imaginación, y a la misma vez te pide ceñirte a la “realidad” base en la cual escribes. Claro, también da la libertad de no ceñirte a ella, pero yo prefiero hacerlo. Eso me ha hecho entender mejor a las historias, los personajes, los mundos, y respetar más las historias propias por lo que son, sin dejarme llevar por lo que querría que fueran. Además, el fanfiction está hecho por personas que me han ayudado mucho a mejorar como escritora. He conocido a grandes del fanfic que son geniales narradoras, y que lo hacen con el solo motivo del cariño a la historia base u otra persona.
Como siempre digo: “por y para fans es amor”.                       
Y finalmente, como seguro ya se han dado cuenta, he subido otra primera parte de un cuento original. Éste lo hice para un intercambio en Blogger, en el cual tuve la suerte de darle a vejibra de “Las notas tipográficas”. Espero que le haya gustado, linda, en verdad intenté seguir tus instrucciones. No me gusta regalar cosas que no son felicillas, pero si eso es lo que querías, ¿quién soy yo para negarme?
Los cuentos de ese intercambio se reunieron en una antología que se puede encontrar por aquí, En “El bosque de la loba roja”. Lo genial de las antologías es que siempre podrás encontrar algo de interés, entre tanto cuento y musas, ¿cómo no hacerlo?
Ya saben gente, ¡I´m alive!   

¡Abrazos!

Pd: ¿Y el Chico rata-metal? ¡Cha-cha-chaaaán!

martes, 7 de enero de 2014

La tierra en el aire, 2/6





La tierra en el aire, segunda parte
[...]
       
... Y por fin me senté a ver el gran evento de Eetoui. Al asomarme a la máquina fotográfica, vi la imagen del agua lodosa salpicando por la caída del pañuelo y sentí un subidón de emoción entre alegría y horror. ¡Oh, el sorprendimiento! Nuestra emoción preferida.
Sintiendo un hormigueo en la mano, empecé a dar vueltas a la manivela. La imagen se movió hacia arriba en un salto y no pude evitarlo, moví la cabeza en esa dirección. La fotoseguidilla subía por una pendiente empinada, desde donde corría un chorro de agua lodosa hacia el hueco en que estábamos. No paramos hasta ver el azul del cielo y devolverse en un punto. En un sitio entre dos chorros de agua, una mujer miraba hacia nosotros y parecía gritarnos. Era baja y rechoncha, estaba vestida con ropas de una sirvienta religiosa y hacía fuertes aspavientos con los que demandaba a Eetoui que saliera de ahí. Aunque se veía aterrorizada, lo ocultaba muy bien detrás de su fachada de patente enojo.
Parecía como si la mujer estuviera en la boca de una cueva detrás de una cascada, cueva en la que Eetoui se había internado. Por encima de ella, había apenas un sol de distancia hasta dar con más tierra desde donde salían retorcidas raíces que goteaban lodo... La mujer miró de repente hacia arriba, y la imagen se hizo temblorosa y muy movida. Justo antes de que todo se convirtiera en caos y cambiara de escenario, vi a la mujer ponerse las manos en el pecho, aterrada. 
Decidí devolver el rollo hasta el inicio... Sabía que vendría algo más emocionante que lo que había visto ya, así que tendría que economizarlo. Nos esperaban días de espera para ver aparecer de nuevo a la tigre blanco brumoso y su cachorro. Y más días de camino hacia la civilización... Tal vez había ido muy rápido en ver el rollo. ¿Qué puedo decir? La curiosidad es la mayor virtud y debilidad de cualquier escriba competente.
Kahe, ¿quieres ver algo? ―pregunté, solo para verlo negar con mucha premura y decir que iba a cazar algo para la cena.
Nada mejor como "amenazarlo" con algo tecnológico para que de repente esté muy interesado en ser útil.
Mis halcones regresaron antes del atardecer en compañía del guía. Él llevaba dos conejos en las manos y un cerdo salvaje en el hombro, premios que de seguro no le pertenecían a él sino a mi bandada. Por eso, el cerdo se los regalé a mis halcones, y por una vez, Kahe no se quejó de mi suave corazón para con ellos.
A la mañana siguiente, cogí el último pedazo de papel blanco que tenía para pedir a la Gran Biblioteca que me informara sobre el acontecimiento de Eetoui. Mi deseo se fue en la pata de Sagaz, sumergiéndose en la bruma que siempre teníamos por cielo.
[...]
... Resbalé y me lastimé las palmas de las manos mientras hacía fuerza para cerrar la entrada, pero me repuse, y lo logré hacerlo antes siquiera de que mis perseguidores llegaran al claro frente a la cueva. Sintiendo como el alivio se esparcía por mi cuerpo, dejé caer mi trasero en el suelo mohoso y recosté la espalda y cabeza en la gran roca que acababa de mover. Cerré los ojos para saborear el momento. Todo mi cuerpo seguía caliente, húmedo e inundado del palpitar de mi corazón; y las piernas gritaban del esfuerzo, pero lo había logrado.
Me di cuenta que estaba riendo cuando oí mi risa y a Kahe, muerto de miedo y  moviendo de un lado al otro la antorcha, gritándome en su idioma que era una estúpida hereje inconsciente.
¡No es para tanto! Tienen recolectando polvo a varios sacos de garras y dientes de Gaelkn, no van a sufrir ―dije cuando por fin terminé de reír y, él, de estar en uno de sus momentos de desequilibrio histérico― "la ira de la noche y la bruma" solo porque robara un par de docenas de esas garras y dientes que no llenan ni una bolsita.
Y eso le hizo volver a gritar y a perjurar que el honor demandaba que no me aceptara el pago por sus servicios, pero yo era tan hereje que ni siquiera le dejaba ser una persona respetable de esa manera, porque para mí el no pagarle sería un regalo en vez de un deshonor... Entre tanto lo dejaba gritarme su retahíla, oí cómo los indígenas llegaron hasta la piedra con la cual habíamos cerrado la entrada de la cueva, y como daban voces de ira y de terror. Solo puedo imaginar su indecisión: ¿entrar a la cueva prohibida o dejar ir a una ladrona?
Sonriendo de nuevo y abrazando en mi pecho la bolsita con garras y colmillos, me acosté en el suelo y me acurruqué. Con el tiempo, se hizo el silencio y corroboré lo que había pensado: jamás iban a entrar a la cueva, y Kahe se calmaría con un par de gritos.
Estaba a punto de dormirme cuando sentí el zarandeo. Di una gran bocanada de aire y sentí como mi cuerpo se llenaba de energía como para aguantar lo peor. Pero solo era Kahe que, enojado, indignado y aguantando apenas un colapso mental, me pedía irnos de una vez, antes de que se hiciera de noche.
En verdad que el miedo atontece.
¿Pero qué dices? ―le respondí, intentando ser paciente―. Ellos deben conocer la segunda entrada de esta cueva mejor que nosotros. Solo podemos salir con seguridad cuando esté entrada la noche. ―Vi, a la luz del fuego, como sus ojos se engrandecían de miedo. Queriendo confortarlo, le di un par de palmadas en su hombro―. Está bien, Kahe, esto es lo que haremos. Apenas anochezca, me iré a nuestro campamento, cogeré las cosas de valor, llamaré a mis halcones y volveré aquí y nos iremos faltando muy poco para el amanecer. Así que no tendrás que soportar mucho la noche y estaremos protegidos por mis halcones, ¿eh? Los que te caen tan bien.
¿Por qué ir hasta campamento? Halcones poder llamados aquí.
Ya te dije, tengo cosas valiosas ahí.
Kahe frunció el ceño y miró hacia las maletas, comida y fuego que teníamos en la cueva. Pero yo solo podía pensar en que mi máquina fotográficas, las imágenes sin imprimir de la excursión y el rollo de Eetoui se habían quedado rezagados mientras huíamos.
[...] 
... Cuando terminé de explicarle, Kahe miró hacia la máquina fotográfica con igual intensidad que siempre, pero diferente emoción. El miedo y desconfianza había sido cambiado por respeto e idolatría. “La palabra cambia”.
Sonriendo, cogí la máquina fotográfica en mis manos, miré hacia el cielo ¡azul y radiante por fin! E iba a tomar una foto de esa imagen cuando, al poner mis ojos en la mirilla, vi que ahí seguía la imagen de la segunda toma que había hecho Eetoui y que no había visto en todo ese camino de regreso. Se suponía que en la noche trasanterior la iba a mirar, pero me quedé totalmente dormida apenas terminé de comer...
Decidí que el cielo podía esperar, y que Eetoui y su evento me estaban llamando desde hacía mucho. Vi la primera escena desde el principio como por novena vez. Siempre lograba emocionarme hasta lo más profundo, sobre todo cuando el pañuelo quedaba suspendido en el aire y luego cae como una roca. Estaba tan emocionada, que creía que cualquier cosa que siguiera a eso me hubiera parecido lo máximo porque era parte de ese excitante inicio. No me había equivocado.
La imagen de la segunda escena era clara, casi radiante. Se veía las hierbas secas de un lugar luminoso, hasta que la imagen sube y se centra en el cielo. Sé que Eetoui dejó de mover la manivela, y me doy cuenta que lo hizo para cambiar lentes y buscar la que tuviera una vista perfecta de lo que quería enseñarnos. Lo sé porque hubo una gran diferencia cuando, de un momento a otro, se vio el perfectamente enfocado cielo prístino y azul, con algunas nubes difuminadas y pocas aves volando a lo lejos.
¿Qué estás pensando hacer, Eetoui? ¿Qué se ha hecho la cueva detrás de una catarata en la que la gravedad se había vuelto totalmente loca? Estaba muy curiosa, pero a la vez segura de que pronto iba a conseguir mis respuestas. ¡Por el destino, mis manos sudaban de la expectación!
No me hizo esperar mucho. Apareció la mano de Eetoui. Son más grandes de lo que creí, recuerdo que pensé distraídamente, hasta que me concentré en lo que decía la tarjeta que sostenía: "Haré f.s. Cada media hora, para ver cambios". ¿En quéeeeee? Grité mentalmente, como si en verdad me pudiera contestar. El movimiento de la imagen lo hizo. Bajó la vista y fue cuando me di cuenta... ¡Por el destino, la magia y la ciencia! Aunque los movimientos fueron inseguros, dado que Eetoui tenía que encontrar la mejor manera de orientar la máquina al punto preciso, yo no pude quitar la mirada de... Eso.
Eetoui estaba en un lugar elevado donde había una excelente vista panorámica hacia el Valle unicornio. Nunca he estado en él, pero era como me lo había imaginado: Un hermoso poblado con varias casas de una planta muy cercanas entre sí, y una que otra vivienda más grande, pero que no llegaban a ser los edificios cada vez más presentes en la arquitectura de las ciudades. Aunque no era visible desde esa altura, se presentía una población activa y competente. Por más que era pequeño, el lugar parecía organizado, colorido y limpio. A juzgar por la planicie del fondo y los espacios verdes entre el poblado, se adivinaba que sus actividades principales parecían ser las agrícolas y pecuarias.
Claro, todo eso lo vi varios días después, cuando pude quitar mi vista de lo que más resaltaba: una porción de territorio más o menos circular por encima de una gran cantidad de tierra de su fondo; tenía la forma de un ancho cono invertido. Se adivinaba el agua que caía desde algunos límites hacia el hueco donde había estado en la tierra firme, era una extensa cascada, pero no potente. 
¡Eetoui, viejo loco! Exclamé al darme cuenta de que la fotoseguidilla anterior debió haberla hecho desde el enorme hueco debajo del territorio en el aire. Y dicen que yo soy una loca temeraria... ―seguí mi línea de pensamiento, grata y emocionadamente sorprendida―. Mientras éste va y se mete debajo de la tierra que acaba de subir en el cielo en medio de un terremoto, donde la gravedad está loca... Tiene corazón de acero y mente de niño pequeño ¿¡Quién lo iba a imaginar de Eetoui!? Nunca había estado tan orgullosa de él en los tantos años que llevo de conocerlo.