miércoles, 22 de mayo de 2013

2 NO a LibrosVeo, 2 SÍ a cumpleaños y 5 oportunidades.



Les traigo cuatro microcuentos de -300 palabras. Dos los escribí para LibrosVeo, y perdieron frente a Ciega de Amor en poder concursar . Los otros son regalos de cumpleaños para sara_f_black y ladycid en Livejournal. ¡Espero les den una oportunidad!

Tema libre e inédito, máximo una A4 en Times New Roman 10 espacio sencillo, hasta 31 de mayo.

¡Siga ese auto!
—¡Siga ese auto! —le apremió el hombre de traje entero y desarreglado.
El taxi se había movido a los lados por los problemas que tenía en la suspensión, y el impulso con el cual entró y se sentó el pasajero. El taxista maldijo. Ese movimiento le hizo regarse el café en toda la cara, escurriendo por el cuello y hasta la camisa. Pero no fue esa la razón por la que maldijo.
—¡RÁPIDO! —le apremió el hombre.
Su voz era tan gruesa y aterciopelada, que hubiera hecho a cualquiera seguir al pie de la letra sus órdenes.       
Pero a él no. ¡Eso sí que no!
El taxista bajó pausadamente el vaso y se volvió en su asiento para ver al intruso. ¡Ah, ya veo! Pensó, de mal talante. Era alto, con rostro rudo pero atrayente, barba de dos días y una ceja cortada. El taxista dio tal bufido que movió a su erizado bigote. El hombre del traje desarreglado le miró totalmente sorprendido, e hizo a esquivar la mano que el taxista había empezado a mover en un ademán que acompañaba muy bien su:
—¡Fuera de mi taxi! ¡De aquí no me muevo! ¡Fuera!
El tipo pudo ver que hablaba muy en serio. Tan rápido como había entrado antes, salió del auto y corrió al siguiente de la fila aparcada frente al aeropuerto. Ése sí salió a la carretera con entusiasta rapidez.
«¡Pobre iluso!», pensó el taxista. Sea lo que sea que necesite seguir a otra persona, no puede traer nada bueno.
Salió para lavarse el café en el baño. Y se sonrió, mirándose al espejo. ¡Al menos tenía una historia interesante qué contarle a su mujer!  

Inspirado y no fanfic de Moulin Rouge, 100-1000 palabras, hasta 20 de junio.

El fénix negro

En ese reino, nadie miraba hacia el cielo en las noches sin luna. Todos los carruajes tenían las ventanillas echadas, todas las cortinas de las casas estaban corridas y todos los que caminaban veían la calle empedrada.
¿Qué raro? Pensó Sara, cuando se dio cuenta de ello.
Sara era una recién llegada al reino. A ella ya le había parecido raro el cómo se vestían, algunas cosas que decían y cómo bailaban siempre al medio día.
Pero, ¿que no vieran hacia el cielo en las noches sin luna? ¡Lo más raro, sin duda! 
—¿Por qué? —Le había preguntado a la vecinita de al lado.
—Porque las estrellas bailan.
—¿¡En serio!? —Sara sonrió.
—Y la oscuridad va hacia dónde estás.
—¿En serio? —Sara temió.
Pero no por mucho. Porque Sara quería ver a las estrellas bailar, y sabía que las lámparas podían alejar la oscuridad.
La siguiente noche sin luna, salió al balcón y se llevó su lámpara con ella. ¡Así podía ver mejor las estrellas!   
¡Y las estrellas bailaron! Desde donde debió estar la luna, ¡giraron! Se movieron como la marea, acercándose a ella, rodando y brillando. Primero de blanco, luego azul y después amarillo. ¡Más rápido, más rápido! ¡Y más colores en los brillos, y más dorado!
Sara rió y rió, brincando aplaudió. Aunque la oscuridad se desprendió de la noche y, con las estrellas, aleteó. Y a Sara, un gorjeo agudo y lejano el viento le sopló.
—¡Ven, ven, oscuridad! —le respondió Sara.
Y la oscuridad llegó. ¡Era un ave! Con ojos y pico de estrella, cuerpo de ligeras nubes y algunas plumas también de estrellas.
—Hola, oscuridad —Sara dijo.
—Fénix —le susurró el viento.

Cualquier mitología no fanfic, +500 palabra, hasta 20 de junio.

Escrito en el cielo

Ellos creían que toda historia pasada, presente o futura, tanto de las tormentas como de cada lágrima; estaba escrito en el cielo. En la hoja azul traslúcida de negro, con tinta brillante que puntuaron letras y ellos las conocían por su brillo, compañeras y viajes. Solo habían tres clases: Sol, luna y estrellas; pero la conjugación de todas ellas escribieron, escriben y escribirán toda la historia.
O eso creían ellos, por más que nadie sabía leer.
Pero hubo una niña que una vez pudo entender al Sol. ¡Nadie lo creía, era tanta la felicidad! Todos tuvieron fe y le exigieron a la niña que leyera la historia, por el bien del pueblo y de cada uno de ellos.
Ella lo hizo. Día y noche veía al cielo. Día y noche, entre comidas, sueños y caminatas. Siempre en silencio, siempre seguida por alguien. Nunca acompañada.
  Leyó tanto que la niña creció, tanto que su piel se arrugó y su cabello se volvió blanco. Y cuando por fin bajó la mirada, todo el pueblo se reunió y le preguntó:
—¿Cuál es la historia?
Temían y necesitaban saber.
La voz de la lectora salió ronca al responder:
—Las estrellas, el sol y la luna no son las letras de la historia, sino parte de la página.
Muy temerosos y sobresaltados, todos preguntaron a la vez:
—¿Qué lo es…?
—¿La lluvia…?
—¿El río…?
—¡Las rocas!
—Nosotros —respondió ella.
Pero nadie le creyó.



Antología de terror en proceso, ¡Vota a l@s relatos que compiten!

Oscuro despertar

Aspiro mucho aire mientras desperezo todo mi cuerpo moviéndome con fruición, esparciéndome sobre la cama. ¡Ay, qué buena noche pasé! Dos vértebras de mi cuello traquetean, relajándose. Cojo la manta para quitarla con energía de… No veo.
Se me va el corazón al piso y pierdo la respiración.
¡Dios santo! No veo. ¿Será que no he abierto los ojos? No, sí los… ¡Dios, Dios mío, Dios mío!
Gritando del horror y temblando de pies a cabeza, me llevo las manos a la cara y doy con algo esponjoso. Mi cuerpo se desinfla de alivio.
¡Qué idiota fui!
Mientras me quito el recién comprado antifaz, río histéricamente y me juro que lo quemaré hasta hacerlo cenizas. ¡Maldito susto me ha dado!


Palabra “veo” en el escrito, -700 palabras, 01 de julio.

¡Abrazos!

1 comentario:

  1. ¡Participaste en el concurso! xDDD ¿Entonces ya no serás juez? :'(. Esta bien linda, aunque estabas super emocionada, de todos modos, que bello cuento <3. Me ha gustado muchísimo. Estás muy inspirada, quisiera tener tu inspiración ;___;. La mía salió volando por la ventana estos días.

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